Ave altamente urbanizada y asociada a la actividad humana, pequeña y fornida de patas cortas y pico grueso. Dado su escaso temor hacia el ser humano, suele explorar constantemente nuevos sitios de asentamiento, ingresando dentro de salas de venta, naves y galpones para establecer sus nidos. Su comportamiento agresivo y territorial, desplaza especies nativas como golondrinas, chincoles y chercanes desde su territorio.